Dulce a mi paladar

Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca

Salmo 119:103

Degustar su palabra es nuestro anhelo, agarranos de sus muchas promesas y con el llenarnos de confianza, de la miel que endulza nuestra alma y vida. Bienaventurado lo que andan en la palabra de Dios, los que lo buscan de todo corazón y los que lo guardan para no pecar contra el (Salmo 119:111). Gustad de su palabra y ve que es bueno para con nosotros (Salmo 34:8). Porque Jehová es bueno y para siempre es su misericordia (Salmo 100:5). Exalta a Jehová por para siempre es su misericordia (Salmo 106:1). Dulce es el sabor de su palabra.